BLANCA
&
BAMBÚ

Blanca y Bambú

Me llamo Blanca de Sousa, soy veterinaria holística y nací en Cádiz. He vivido la mayor parte de mi vida en Andalucía, trabajando durante nueve años en una clínica veterinaria en El Puerto de Santa María.

Enamorada del mar, la naturaleza y el faro de Trafalgar, decidí mudarme a la zona de Caños de Meca, donde actualmente vivo y ofrezco mis servicios en Conil, Vejer, Zahora y alrededores. Aquí busco el equilibrio entre mi vocación —acompañar a animales y a sus responsables desde una mirada integrativa— y el disfrute del entorno que tanto me nutre.

Me apasiona el yoga y los deportes de agua: cuando no estoy trabajando, es probable que me encuentres haciendo kitesurf, surf o paddle surf, paseando con Bambú por la playa o recorriendo los pinares. 

Mis mañanas empiezan con naturaleza, meditación, escritura intuitiva y yoga. 

Al atardecer, me gusta recargarme viendo la puesta de sol mientras suena música en directo. Este equilibrio me permite sostener mejor a las familias multiespecie con las que trabajo.

Bambú llegó a mi vida sin buscarlo, pero en el momento perfecto. Fue en enero de 2022, un año después de la muerte de Guille, mi anterior compañero perruno. Tenía menos de un año y venía de la protectora “No me abandones”, de Jerez de la Frontera. Llegó un día a la clínica, y todas mis compañeras sintieron que era para mí, un podenco rubio, de ojos claros y alma salvaje. Ese 5 de enero se vino a casa… y empezó nuestro camino juntos.

Bambú había sido encontrado atado a un palo, había vivido en el campo, no conocía la ciudad y tenía miedo de muchas cosas, especialmente del coche. El inicio no fue fácil. Adaptarnos fue un reto. Pero hoy, tres años después, le agradezco cada paso del camino y todo lo que me enseña cada día.

Con él cambió mi visión de la “educación” canina. Entendí los vínculos humano-animal desde un lugar más horizontal, más consciente. Aprendí que el amor incondicional no siempre es suave y requiere: presencia, paciencia y desapego.

Bambú me enseñó a escuchar lo sutil, a respetar los tiempos del otro, a confiar y soltar. Me acompaña en mi día a día, me conecta con la tierra y me recuerda lo esencial. Él es, sin duda, uno de mis grandes maestros.